El fracaso de Pablo Zúñiga en el Festival de Las Condes

El periodista llegó hasta el escenario de Las Condes con una rutina humorística inconexa y de frentón aburrida, que -pese a la paciencia del público de Las Condes- terminó siendo insostenible por el comediante, el que visiblemente nervioso terminó por abortar su rutina y dejar el escenario.

Una rutina inconexa, poco graciosa y que a todas luces le faltaba un hilo conductor , fue la que presentó la noche del sábado el periodista y comediante Pablo Zúñiga. Y es que a diferencia de lo que ocurrió en la jornada inaugural con Chiqui Aguayo, el humor de la segunda noche del Festival de Las Condes fracasó rotundamente. 

Pablo Zúñiga no fue capaz de hacer reír al público que llegó hasta el Parque Padre Hurtado, el que le tuvo varios minutos de paciencia, pero que finalmente terminó hastiándose del espectáculo en que -como nunca- se pudo apreciar el nerviosismo del comediante.

Y aunque el también periodista apeló a varios temas para intentar hacer reír al público, interactuó con un audio de Diana Bolocco y un video de Pamela Díaz, nada daba resultado. Es que parecía más una noventera presentación absurda para Viva el Lunes, donde el público se reía de cualquier cosa y era un ambiente más bien controlado, que un festival masivo. Finalmente el fracasado humorista abandonó el escenario entre algunos aplausos, un incómodo silencio y pifias.

Pero más allá de reconocer que su propuesta fue deficiente, Zúñiga recurrió a la teoría de que el público lo que quería ver era a Pailita, dando a entender que él debió asumir el costo, pero que estaba todo bien. 

"Pailita es un gran artista que están esperando. Hay que entender que los públicos son distintos, tienen motivaciones distintas todos los días y son respetables, así que no pasa nada”, dijo Zúñiga.

Y tal vez ese fue su error. No leer el público que estaría esa noche en el Parque Hurtado y haber trabajado en una propuesta para conquistarlo que fuera más que proyectar un video del propio Pailita simulando un contacto. Una mala apuesta de la producción del evento, que tampoco advirtió que el humor de Zúñiga no alcanza para un público masivo.